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sábado, 20 de noviembre de 2010

Oda a una madre


Que aprendan los sabios a vivir así,

como tu has demostrado saber vivir

sin si quiera tener el coraje para herir

y sin embargo el valor de estar siempre ahí.


Cuando más son los años que cuento

más te quiero, no sólo por ser mi luz

sino por ser digna de uno que fue cruz

y ser de la pena el más poderoso ungüento.


Te respeto por haber siempre demostrado

que aun con frustraciones no se malvive,

y que cada una de ellas, sin duda, nos sirve

para entender y superar nuestro pasado.


Espero no ser nunca indigno de ti

es por eso que me cambio todos los días

esperando de que alguna de esas vías

me lleve rauda de donde vengo, de ti.


Como madre has sido espléndida

como maestra has resultado guerrera

y aunque nada fácil ha sido esta carrera

tu nunca la diste, ni por un atisbo, perdida.


Y con el recuerdo de este gran recorrido

pienso basar hasta el último de mis días

por mi madre, que me quiso como mejor sabía

viviré sabiendo que viví como es debido.


Te quiere tu hijo y aprendiz.

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