Vistas de página en total

jueves, 31 de marzo de 2011

¿Qué le ha pasado a Wikileaks?

¿Qué le ha pasado a Wikileaks?, ¿dónde están los documentos prometidos?. El País que tenía un sección destinada a la publicación de los “leaks” ha cesado dicha actividad. La página www.wikileaks.com está cerrada. No hay noticias de Assange, sus juicios no se están realizando… ¿habrá llegado el hombre incorruptible a un acuerdo?
Es pronto y atrevido para dar juicios, pero es al mismo tiempo sospechoso un silencio tan repentino. Una vez más, alguien pone en jaque el sistema de poder establecido y de repente el silencio invita al olvido y con el tiempo se convierte en parte de un guión cinematográfico, que se convierte en película para transformar lo que era una verdad en mito.
Al Sr. Assange, definido por los españoles junto a Merkel y Obama como uno de los líderes más valorados, ¿Qué le ha pasado, se ha vuelto tímido?. Prometió que lo mejor estaba por llegar y todo se ha desvanecido, ¿eran esas promesas parte de un dialogo con los afectados por sus publicaciones?, ¿ha sido silenciado a base de amenazas y dólares?.
La verdad no tengo ni idea, pero lo que tengo claro es que lo que iba a revolucionar la diplomacia internacional e iba a informar a los votantes de las acciones de sus elegidos, está camino de convertirse en una película más.
No me considero partidario de la democracia porque no lo veo un sistema válido, siempre he tenido a las masas como maleables y valorado más al individuo, pero al mismo tiempo reconozco que no puedo aportar ni defender un sistema de control mejor, porque no lo conozco. Mi esperanza es que aparezcan más “héroes” dispuestos a infundir miedo a los “súper-villanos” que pudren este mundo, Assange parecía uno de estos perfiles pero parece que la realidad vuelve a imperar sobre el romanticismo de un mundo más justo y en consecuencia mejor, pues bien, no pasa nada, el mal nunca persiste porque mal es lo que está condenado a destruir hasta destruirse a si mismo y por consiguiente o lo derrotamos o se auto-derrotara el mismo. A nosotros nos queda seguir desgastándolo, denunciándolo en definitiva luchándolo.

lunes, 21 de marzo de 2011

Cambio de sentido

He pasado un largo tiempo sin publicar nada. ¿La razón?, me di cuenta que la distancia entre el significado de mis escritos, hasta mi auténtica puesta en escena diaria se había convertido en algo incoherente.
Creo que para mí, lo que da más valor a escribir es el hecho que puedes ordenar mucho mejor tus pensamiento e incluso puedes sacar a la luz cosas que no sabías estaban enterradas en ti. Hablar ya ayuda a procesar ideas, acto necesario para hacerte entender, escribir lo maximiza. Pues bien, gracias a uno de estos proceso de limpieza interna, me di cuenta de que cada día me distanciaba más de mis ideas, de mis creencias y de lo que creo que son mis objetivos finales. Digo: que creo que son mis objetivos finales, porque ahora mismo no me fío mucho de ninguna de mis conclusiones, durante un proceso demasiado de largo de fatiga mental causada por un proceso profesional demasiado ambicioso y desbocado, he llegado a perder los motivos de mis actuaciones y estoy actuando casi reactivamente a las cosas. Precisamente lo que había podido evitar durante mucho años, ahora me ha sucedido.
En fin, el motivo de volver a publicar no es otro que el de haber llegado a una conclusión que creo firmemente me ayudará a recuperar el espíritu perdido y que con fortuna me conducirá a un resultado mucho mayor. El cambio en cuestión es profundo, atrevido y radical. Por otro lado no puedo hablar de él, al menos no aún, pero puedo delimitar sus principales características. Se trata de huir de todo lo que me ha corrompido durante todo el proceso que antes redactaba, se trata de diseñar un camino idóneo para una etapa de refuerzo interno. Pero por encima de todo se trata de un cambio, un cambio profundo, porque es en los cambios dónde nos ponemos alerta, dónde tenemos que reinventarnos para adaptarnos, es cuando nos ponemos alerta cuando volvemos a funcionar en un nivel global. Quizá lo que más claro tengo es la necesidad de cambio, cuando sigo un proceso diario que se lleva repitiéndose durante demasiado tiempo, me vuelvo gris, por dentro y fuera, pierdo la motivación para sorprenderme. No estoy infeliz, ni amargado, tan sólo es que no utilizo lo mejor de mí y ahora tengo mono de ponerme en acción un vez más.
En definitiva, me cansé de la que ha sido otra etapa de mi vida y al saber que la dirección de mi vida recae sobre mi control, he decido marcarme un trompo… peligroso es, porque aunque para abajo, voy bastante rápido, pero a favor puedo decir que tengo experiencia en conducir rápido y hacer cambios de sentido en marcha. Creo profundamente que este nuevo cambio, aportará cosas que en este momento no puede augurar pero que me situaran a una posición completamente distinta a la actual y este es un motivo más para hacer el salto.
Vivimos en tiempos sin duda revueltos, el reciente incidente de Japón es un claro ejemplo de los peligros que entraña el no cambiar cuando todo los indicadores así lo muestran. Los debates de la nucleares se han sucedido desde Chernóbil, expertos, escritores, políticos, científicos… han alertado sobre el hecho de tener bombas atómicas como fuentes de alimentación dentro de un país, algo que si se mira desde la lógica, no tiene ningún sentido. Pues eso es lo que hemos hecho desde 1986, hablar, ahora otro accidente y todos corren a hacer pruebas, los alemanes incluso cierran las centrales más viejas. La pregunta: ¿habrá cambios más profundos?, pues detesto contestar desde un opinión personal que dependerá de la magnitud de la catástrofe en Japón, cuando mayor la desgracia mayor la intervención, así somos nosotros. Pues bien, de aquí es de dónde quiero separarme, yo no esperaré a tener crisis de identidad para viabilizar mis cambios, haré mis cambios cuando este con todas mis facultades como ahora. Os animo a valorar que os dicen los indicadores, todos lo veis, los oís, no tengáis miedo en seguir sus directrices, nunca es tarde para volver dónde estáis ahora, no hay camino equivocado mientras andes, preocúpate de estar parado.